Si los perros hablaran…

Don Miguel de Cervantes Saavedra, ilustre escritor español del siglo 16, no sólo es autor del “Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, uno de los libros más leídos en la historia de la Humanidad, sino que escribió también algunas novelas cortas cuyo mensaje sigue vigente en pleno siglo 21.

Entendemos desde luego que el tiempo de Cervantes era el mismo de la Inquisición, que censuraba y castigaba severamente a todos aquellos que se atrevían a decir cualquier cosa en contra de la Santa Madre Iglesia o su doctrina, de suerte que él tuvo buen cuidado de no meterse en problemas.

Sin embargo, de las “Novelas Ejemplares” de Cervantes hay cosas de indudable valor actual como son ciertos pasajes del llamado “Coloquio de los perros”, según el cual un can llamado Berganza, al contar la historia de su vida a otro perro, Cipión (la gente siempre ha dicho que hay perros tan inteligentes que sólo les falta hablar. En este caso Cervantes los hace hablar), cuenta lo que le ocurrió con unos pastores a quienes sirvió con lealtad para evitar que los lobos se comieran sus ovejas.

¡Oh sorpresa!
Dice Berganza que desde el primer día de su encuentro con los pastores, que lo adoptaron de buen modo, hizo rondas por la noche alrededor de los llanos donde pastaban las ovejas para que no se acercaran los lobos, porque entendió que esa era su función, pero ¡Oh sorpresa!, al volver por la mañana a los agostaderos siempre encontraba algunas ovejas muertas, dizque atacadas por los lobos, de lo cual daban pronta cuenta los pastores al dueño de los animales.

Berganza, nada tonto, descubrió que por la noche, mientras él se preocupaba por cuidar que los lobos no se acercaran al rebaño, los mismos pastores mataban dos o tres ovejas, para aprovecharse de su carne, echándoles la culpa a los lobos. El dueño del rebaño les creía a los pastores y hasta les regalaba las pieles, a la vez que desquitaba su coraje contra los perros “buenos para nada”.
“!Válame Dios –decía Berganza– ¿quién podrá remediar esta maldad?, ¿quién será poderoso a dar a entender que la defensa ofende, que los centinelas duermen, que la confianza roba y que el que os guarda os mata?”.

Policías y ladrones
Hasta el día de hoy se siguen contando infinidad de historias sobre policías y ladrones que caminan de la mano. Pacíficos ciudadanos que han sufrido asaltos en sus casas o negocios, cuando se dan cuenta que fueron policías los autores, pronto se desisten de las demandas interpuestas, por temor a sufrir represalias en sus personas o contra miembros de sus familias.

De casos como éstos están llenos los anales judiciales de Jalisco, de México y del mundo. Y no sólo se trata de policías sino también de altos funcionarios públicos, tan obligados como los primeros a defender a la sociedad, pero que sólo ven por sus muy personales intereses, sin preocuparse por los demás.

¿Quién dijo que Cervantes está fuera de época? Si los perros hablaran…
javiermedinaloera.com

Artículo publicado por el semanario Conciencia Pública en su edición del domingo 17 de septiembre de 2017.

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